Para el control de los roedores se trabaja en dos vertientes, una de tipo físico y otra de tipo químico. En el control físico es muy importante tener en cuenta una serie de medidas a tomar como son las dirigidas a impedir el acceso de los roedores al interior de las edificaciones, tales como:
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Programa de limpieza exhaustivo y eficaz.
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Cerramientos de pasos de las distintas conducciones (gas, agua, electricidad, teléfono) y de grietas, hendiduras, etc.
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Reposición de elementos estructurales rotos (puertas, ventanas, arquetas, desagües, sumideros, etc.)
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Colocación de quitafríos en puertas.
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Medidas de ventilación adecuadas para evitar olores.
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Recogida de envases, residuos, cartones en contenedores cerrados.
Existen una serie de métodos mecánicos para su captura, como son
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Trampas de captura individuales o múltiples.
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Trampas con pegamento.
Para el control químico el sector de control de plagas dispone de tres tipos de sustancias:
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Rodenticidas anticoagulantes de dosis múltiples o dosis única.
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Productos fumigantes.
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Productos repelentes.
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